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¡ HOLA !

Mi nombre es Raúl Ramos Díaz, soy fotógrafo de bodas y docente en la Escuela Canaria de Fotografía.

Vivo en la zona norte de Gran Canaria, donde nací y crecí, aunque mi cámara me ha llevado a hacer fotografías por todo el mundo.

Me considero una persona sociable, aventurera, curiosa y con buenas vibras.

Aunque mi madre nos hacía miles de fotos con su cámara de carrete, nunca imaginé que terminaría siendo fotógrafo. Mi pasión por la tecnología, los viajes y la curiosidad constante me llevaron, casi sin buscarlo, al mundo de la fotografía de bodas. Cosas de la vida… que siempre sabe sorprender.

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Con formación, dedicación y muchas horas detrás de la cámara, convertí mi hobby en mi forma de vida. No todo el mundo puede decir que trabaja en lo que ama, por eso me siento afortunado. A través de la fotografía tengo el privilegio de entrar en la vida de muchas personas y dejarles un recuerdo que durará para siempre.
Apasionado de la tecnología, soy técnico informático y electrónico, además de técnico en farmacia. Me encanta viajar, compartir mi vida con mi hija y mis dos perros y, desde pequeño, el fútbol ha sido una de mis grandes pasiones.
Con más de 200 bodas a mis espaldas, sé que cada historia de amor es única. Por eso, mis reportajes huyen de las poses forzadas. Prefiero capturar momentos reales: gestos, caricias, miradas y sonrisas que reflejan la verdadera conexión entre dos personas. La emoción auténtica es irrepetible, y ahí es donde nace la magia de mis fotografías.

En 2024 me convertí en padre de una niña preciosa llamada Valeria. Sin duda, lo mejor que me ha pasado en la vida. Ella ha transformado mi forma de ver el mundo, me ha enseñado a detenerme en los pequeños detalles y a valorar aún más los momentos cotidianos.

Desde que nació, la fotografía ha cobrado un nuevo significado para mí. Ahora más que nunca entiendo lo importante que es guardar esos instantes que no se repiten, capturar una sonrisa, una mirada o una caricia para poder revivirla una y otra vez.

Ser padre me ha hecho comprender que la fotografía no es solo una imagen bonita, es un legado emocional. Un tesoro que con el tiempo se vuelve aún más valioso.

Lo que más me apasiona de la fotografía es estar detrás de la cámara, descubrir nuevos lugares y documentar historias de amor reales, con emoción, verdad y alma.

Ahora que ya sabes un poco más de mí, me encantaría conocerte a ti.
¡Nos vemos pronto!

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